Después de un intercambio de correos con Gemma Lienas, tras haber leido el Diario Rojo de Carlota, le pedí que presentara su nuevo libro El diario naranja de Carlota para nuestro blog. Desde aquí le doy las gracias por haber aceptado y por haber convertido una crítica constructiva mía en un fragmento de su obra. Espero que algún día podamos conocerla.
Presentación de Gemma Lienas
El diario naranja de Carlota nace de la unión de dos temas que quería tratar: el tema de la inmigración y el de los derechos humanos y civiles en nuestra sociedad, unos derechos que recuperamos con la democracia, hace no tantos años.
En el libro hay una idea principal: la gente que emigra puede tener una cultura parecida o muy diferente de la del país que elige para establecerse, y esto provoca un choque tanto por un lado, las personas inmigrantes, como por el otro, las del país de acogida. Este choque, que se da por ambos lados, se tiene que contrarrestar con reciprocidad. Es decir, la sociedad de acogida tiene que hacer un esfuerzo para realmente acoger, entender e integrar a la gente otras culturas. Y la gente inmigrada tiene que hacer un esfuerzo para adaptarse al país que la acoge. Solo así conseguiremos el encaje.
Este diario de Carlota es, pues, una invitación a la reflexión y a la discusión sobre un tema, el de la inmigración y los derechos humanos, que vivimos día a día. ¿Te apuntas?
Besos. Gemma Lienas
Intercambio de correos entre Gemma Lienas y yo.
A continuación vais a poder comprobar por qué contacté a Gemma Lienas. En cualquier lugar del mundo vamos a encontrar gente amable y gente menos amable. Eso nos va a pasar tanto en el extranjero como en España. No todos los españoles y españolas somos gente honrada y amable, (y si no, que le pregunten a mis tíos de Francia cuando han venido de vacaciones con sus ahorrillos y que por tener una matrícula extranjera se han encontrado más de una vez con las ruedas pinchadas del coche). Sin embargo, es más fácil desconfiar de alguien que no es de nuestra cultura que de alguien con quien podemos identificarnos por nuestra raza o nuestra religión.
Reconozco que he metido la pata más de una vez por el miedo a lo desconocido y por todo lo que había oído sobre la cultura árabe. En algún momento os contaré las anécdotas, si os apetece. Durante los dos años que he pasado en Marruecos he conocido a alumnos y alumnas encantadores y cariñosos, chicos y chicas preocupados por aprender y tener una formación que les permita desarrollarse como ser humano y cuidadano. Algún día, algunos de ellos y ellas cruzarán el Estrecho para continuar sus estudios y quizás se crucen en nuestro camino. !Ojalá! (que por cierto viene del árabe)
Como veréis a continuación, Gemma se comprometió a subsanar el error y ha cumplido su promesa. Si queréis comprobarlo leed el libro y fijáos bien en las páginas 178 y 180 del diario. ¡Yo no me lo podía creer cuando lo leí!
Correo enviado a Gemma Lienas el 4 de febrero de 2011:
Hola Gemma. Soy Sandra Campos Aguilar, profesora de francés y tutora de un grupo de 3º de E.S.O del I.E.S Almadraba de Tarifa (Cádiz). Me he leido el Diaro Rojo de Carlota y me ha parecido fantástico. Por supuesto lo he recomendado a mis alumnas y alumnos para que les pueda ayudar en su vida sexual. ¡Cuánta falta nos hubiera hecho a mi generación un libro así con la edad de mis alumnos! Gracias por haber escrito una obra así.
Mis alumnos van este año a Marruecos a conocer un poco más el país que tienen a escasos kilómetros y quizás se den cuenta de por qué la situación de algunas personas les haga decidir venir en patera.
Lo único que no me ha gustado en la obra es que sea precisamente el marroquí el que le haya robado a Carlota la cartera. No sé en otros lugares cómo actuará la gente pero aquí es lo que habría que evitar, que piensen que siempre son los marroquíes lo que meten la pata. Sobre todo porque en nuestras aulas hay marroquíes. Me he llevado dos años viviendo en Marruecos y cuando vuelves te das cuentas de que muchas de las cosas que no te gustan de ellos las encuentras iguales o peores aquí en nuestro país.
Bueno, a partir de ahora empezaré a leerme los demás libros de la colección, espero que en alguno el marroquí sea el bueno de la historia y si no es así puedes considerarlo una idea para otro diario.
Gracias de nuevo y si algún día quieres decirnos algo a mi clase de 3ºB o a mí estaremos encantados de contactar contigo.
Y esta fue su respuesta el día 6 de febrero:
Querida Sandra, tienes razón: la escena resulta ser un imperdonable estereotipo y un prejuicio.
La única explicación que puedo darte es que el argumento fue diseñado a tres manos: por mí y por otros dos autores. Cuando, después de escribir El diario violeta, decidí escribir el rojo, me di cuenta de que necesitaba también la visión de un adolescente. Yo hubiera podido negarme a que el delincuente fuera un marroquí.
¡Mea culpa! La verdad es que hacía poco había vivido un incidente parecido y el hombre sí era marroquí, pero tenía que haberme dado cuenta de que era un cliché.
Ahora estoy terminando El diario naranja de Carlota sobre inmigración. Creo que lo podrás leer con gusto. Pero, además, he decidido que Carlota admitirá haber caído en un estereotipo en el Diario rojo.
Gracias por hacérmelo notar.
Por cierto, ¿has leído El diario violeta o El diario amarillo o El diario azul? Creo que también te pueden gustar.
Besos
Su opinión sobre el nuestro blog:
¡Muchas gracias!
Me gusta mucho como ha quedado el blog. Seguro que acabará siendo un sitio de referencia, no tengo ninguna duda. Un fuerte abrazo.
Gemma Lienas